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viernes, 30 de septiembre de 2011
Cuando ya crees que nunca nunca más te va a tocar subir a tí, que has tocado fondo, el del final del todo, y que estás cayendo a 3000km por hora, y no hay salida, no hay vuelta atrás, no va a volver, y tu no quieres volver a subir, por nada del mundo, y ya no tienes nada, nunca lo has tenido, y caes, caes en picado, no hay nada que te vaya a poder aguantar por el camino por mucho que lo intenten, nada va a hacerte cambiar, nunca más vas a volver arriba, a sentir, jamás desearás vivir tanto como lo deseaste antes de que se marchara, nada te va a frenar, y entonces, de repente, notas que te has quedado quieta, y que ni subes ni bajas, que no oyes nada ni a nadie, y que pasas de todo, ausente te llaman, y no respondes, excepto a una sola voz, y empiezas a subir a la velocidad a la que estabas bajando triplicada por mil, y en ese momento te das cuenta, que has vuelto a tropezar, que has vuelto a caer pero de manera acelerada, sientes que te has vuelto a enamorar y, esta vez, distinta a todas las demás. Te das cuenta de que, es inhumano, ser tan feliz.
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